28 de abril de 2018

Cuando decir la verdad se convierte en un acto revolucionario









 
   Se supone que Occidente ha aportado la libertad de conciencia que se traduce en la libertad de expresión. Sin embargo, desde hace bastante años hemos visto como la libertad expresión es amordazada por quienes se hacen llamar así mismos ‘progresistas’. Así llegamos a la corrección política donde grupos minoritarios establecen la pauta o el guion de lo que tiene que decirse sobre tal o cual asunto. Ahora bien, si alguien dice la verdad, es considerado un insulto porque afecto la sensibilidad del otro. Por consiguiente, ya no importa las razones, sino si mis palabras afectan al otro. Pues bien, el diputado Ignacio Urrutia del partido Unión Demócrata Independiente dijo la verdad del porte de un buque en el parlamento.

  Antes de entrar en detalle que hay decir que la ex presidente Michelle Bachelet a pocos día de terminar su mandato presentó un proyecto millonario para indemnizar ls supuestas víctimas de tortura y prisión política que se tradujo en el Informe Valech a costa de los contribuyentes.A Bachelet no le importa que no haya plata y que el país se haya endeudado.

    El diputado expreso las siguientes palabras : “es una excelente noticia que el gobierno haya retirado este proyecto (que entregaba una reposición económica a las víctimas de las violaciones a los DD.HH. durante la dictadura) que es nefasto. No es la única vez que se entregan estos beneficios, es como la décima vez que se entregan estos regalitos a gente que en el fondo fueron más que exiliados, fueron más que nada terroristas en el pasado. Así que en buena hora el gobierno retiró el aguinaldo que le querían entregar a esta gente y espero sinceramente que en el futuro no se presente nunca más un proyecto de esta naturaleza”. Casi me olvido, la oposición huyo en desbanda del hemiciclo de la Cámara Baja. Hacen leyes para molestar a las personas, por lo que está bien que ocurran estos incidentes.

   A los fracasados revolucionarios marxistas leninistas de la Unidad Popular y a los terroristas también fracasados del Mir, del Frente Lautaro y del FPMR les encanta posar como víctimas. Así tenemos, por ejemplo, que el ex mirista, ex parlamentario sueco y Yes Men de Sebastián Piñera, Mauricio Rojas cada 11 de septiembre chilenos sale con el cuento de que ellos fueron las víctimas, cuando en realidad eran los víctimarios, sin pronunciarse o condenar el terrorismo de los grupos chilenos. Desde los noventa con el sesgado Informe Rettig, el “relato” de la Izquierda chilena es que ellos son las víctimas. Ellos introdujeron la violencia, el odio y el terrorismo como arma política en democracia para acabar “con la burguesía y su aparato militar” tal cual señala las declaraciones del PS y del Mir a mediados de los sesenta, y así instalar una dictadura comunista.

     En realidad no me interesa su segunda declaración donde sostiene que cometió un error y que generalizó. La segunda afirmación no cuenta. Es como si se estimara más importante la declaración del ex presidente demócrata cristiano, Patricio Aylwin quien dijo en su última entrevista que él no apoyo la intervención militar, cuando sabemos que su sector dentro de la DC se puso en contacto con la Armada para sacar Allende, pues “prefería una dictadura parda a una roja”.

   Patética las declaraciones de los políticos de la ex derecha ‘Chile Vamos’ condenando los dichos del diputado. Gonzalo Blumen afirmó: “hieren profundamente el dolor y sufrimiento de miles de víctimas de violaciones a los derechos humanos y al dolor de sus familias, por eso no corresponde más que rechazarlas". El actual ministro de Justicia, el arrepentido Hernán Larraín dijo por su parte: "Quiero reiterar el profundo compromiso del presidente Sebastián Piñera con los derechos humanos. Es nuestra voluntad dar el mayor impulso, la mayor protección y promoción a los derechos humanos en Chile". Agregó "el compromiso con las violaciones a los derechos humanos ocurridos, para que estas nunca más vuelvan a ocurrir". En democracia, -la típica muletilla que usaba la ex presidente Michelle Bachelet- a los presos políticos militares del gulag de Punta Peuco se les ha violado los derechos humanos sistemáticamente al negarles la igualdad ante ley. No necesito escuchar a ‘experto’ en derechos humanos, ya sea la subsecretaría de esa área, ya sea el INDH y, por último, de un abogado de Izquierda. El arrepentido Larraín apoyó los indultos a los terroristas bajo la ex Concertación y ahora les niega el indulto humanitario a los militares luego que Piñera lo prometiera en campaña presidencial.

   Igualmente patética la comisión de ética de la cámara baja que desea sancionarlo pecuniariamente, quitándole parte del sueldo como si hubiese dicho un insulto o una ofensa.

    En otra oportunidad mostré que dos personas sostuvieron que el Informe Valech no se pudo haber realizado en el tiempo que la comisión se fijó: “El primero es de un lector que escribió: "Es decir, tuvieron un promedio superior a ¡95 casos diarios! En efecto, basta dividir 35.000 por 365 para obtener 95,89.Sin duda, tan laboriosas personas, no gozaron de domingos, festivos ni vacaciones, pues de otro modo habrían tenido que atender más de 100 casos de tortura diarios, como promedio". El historiador Gonzalo Vial Correa escribió algo parecido: “Si… hubiera examinado los 35.865 casos, la Comisión, que trabajó trece meses, habría tenido que estudiar entre 130 y 140 casos por día. (…) La mayoría de los casos descansa en el solo testimonio de la persona que se declara víctima." (“La Segunda”, 01.09.04). La comisión fue una burla a la justicia. Primero, basta la simple declaración de la persona sin ninguna prueba. Fuera del ámbito de la Justicia sería injuria, en la justicia sería perjurio. Segundo, el supuesto torturador no puede defenderse de la acusación. Es imposible que hayan atendido 100 casos al día. El Informe Valech es una gran mentira. Los abogados de Izquierda que defiende esa Informe son una charlatanes y mentirosos. El negocio de esa comisión fue garantizar privilegios en educación y salud a la parentela por tres generaciones, mientras Bachelet se llena la boca contra los privilegios”.

   Más aún, recuerdo que después la propia comisión pidió más tiempo. Según el Informe Valech se torturaron 30 mil personas. Luego los medios extranjeros repiten los cliché de la Izquierda sobre el Gobierno Militar, que hubo dos mil y tanto muertos desaparecidos y treinta mil personas torturas. La guinda de la torta es cuando califican de genocidio. Se les nota que no les interesa la historia de Chile, pues sabrían que en la Guerra Civil de 1891 murieron 10 mil chilenos más que en la Guerra del Pacífico y más que el último enfrentamiento civil de 1973.

   No sé cómo el colegio de abogados no sancionó a los abogados de derechos humanos de Izquierda, que defendían el Informe Valech, pues éste viola el debido proceso por así decirlo. Para la comisión bastaba solamente la simple declaración del supuesto torturado, sin ninguna prueba o evidencia que indicara el daño. Totalmente, unilateral. Por otra parte, los supuestos torturadores no podían defenderse, pues el nombre estos se sabría cincuenta años después. Ese es el sentido de justicia de los progresistas. Lo peor se los califica de ‘experto’. Esto son José Zalaquett, Miguel Amunátegui, abogado Luciano Fouillioux y Lucas Sierra, ex investigador del think tank liberal Centro Estudios Públicos. Según un ex bloguero, Sierra era un infiltrado de Izquierda.

 Según Sierra, la comisión se basó en el libro que escribió el general Manuel Contreras.
 Muy liberal acusar a alguien sin evidencia.

 Si es que mi memoria no falla, el abogado Amunátegui murió y fue militante de Renovación Nacional o Renegación Nacional.

 También me acordé que el abogado Luciano Fouillioux es el defensor del abusador de menores, monseñor Cristián Precht. Mi pregunto si el abogado empleara la misma vara que uso con el Informe Valech. Bastaría la simple declaración de los abusados para condenar al sacerdote de la Vicaría de la Solidaridad.

  Según la vicepresidente ejecutiva y ex funcionaria de la Vicaría de la Solidaría, María Sepúlveba Edwards manifestó en su oportunidad que nadie puede cuestionar dicha comisión: "hay que levantar el velo de sospecha sobre la Comisión" .

Sin embargo, pese a dos personas probaron que no podían atender la cantidad de personas, los think tanks de derecha se quedaron callados.

  El artículo 19 inciso número 3 de la Constitución de 1980 expropiada por Ricardo Lagos señala “Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho”. Por ese inciso, cualquiera que estime el Estado de Derecho no tomará en serio ni el Informe Rettig, ni el Informe Valech. Recuérdese que la Policía de Investigaciones (PDI) que tiene una Brigada de Derechos Humanos basado en el primer Informe para perseguir a los militares ancianos en retiro, y no terroristas.

  La diputada Pamela Jiles del Frente Amplio aprovecho de su condición de mujer para pegarle al diputado Urrutia. Más tarde declaró la mitómana que ella fue torturada: “Lo que sentí fue comparable a cuando fui torturada”. A los zurdos chilenos les encanta posar como víctimas, cuando ellos introdujeron la violencia y el odio en la convivencia nacional hace más de cuarenta años. A ninguno les creo, ni siquiera al periodista Santiago Pavlovic, quien escribo una carta pública a la diputada Pamela Jiles, que posa perseguida polítca. Él menciona que a varios periodistas fueron torturados. Un Premio Nacional de Periodismo que fue galardonado en el último año del gobierno de Bachelet también dijo que fue torturado. Sin embargo, todos los ex revolucionarios de la ex Unidad Popular tiene amnesia o demencia senil que no se acuerdan de los torturas del régimen de Allende a sus opositores por Investigaciones. El grupo terrorista Mir en la UP secuestro y torturo al editor de Las Ultimas Noticias del Sur por un comentario que hizo en el diario sobre Mir, y finalmente, lo dejaron botado en la Universidad de Concepción.

   Lo bueno de la declaración de Urrutia que afloraron ciertas cosas. Así por las redes sociales que la hija del dirigente poblacional de la Unión Demócrata Independiente, Simón Yévenes asesinado por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez en los ochenta, Jocelyn Yévenes sostuvo que el frentista Hugo Gómez Peña recibe ya una ‘pensión’. Y ahora con el proyecto que se rechazo iba recibir bono. Los terroristas reciben pensión, mientras a Agrupación de Detenidos Desaparecido abriga el deseo de quitarles a pensión a los presos militares de Punta Peuco. Asimismo se desprende del asesinato del dirigente de la UDI, que los terroristas no violan los derechos ni comenten crimines de les humano. Cuando la Izquierda chilena en complicidad y la aprobación con la ex derecha (Larraín y Blumel), se victimiza no queda otra cosa que reírse de estos fracasados revolucionarios y guerrilleros.

 Las palabras del escritor inglés George Orwell se ajustan al país: "En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario."

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